En el principio,,,,

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Para evitar que, con el tiempo, los hechos humanos queden en el olvido y que las notables y singulares empresas realizadas, queden sin realce.

sábado, 31 de enero de 2015

LA REVOLUCIÓN MEXICANA.

“Entendámonos sobre la palabra revolución. Nosotros damos a la palabra su sentido popular: el paso de una a otra situación política por el exterminio y la violencia. Si por revolución se entiende solamente la transformación de una sociedad menos adelantada en otra más adelantada, esto es más bien progreso, frecuentemente combatido hasta en su esencia misma por las   revoluciones (…) Nosotros consideramos a la sociedad como un organismo, pues que de órganos se compone, llamamos a su transformación normal evolución, y a la anormal, a la que la violencia intenta realizar, a la que es una enfermedad del organismo social, la llamamos revolución”.

En Zea, Leopoldo. El positivismo en México: nacimiento, apogeo y decadencia, p. 242.


LA REVOLUCIÓN MEXICANA



Antecedentes 
Los antecedentes de la Revolución Mexicana es un tema amplio y puede abordarse desde distintos aspectos. Para efectos de nuestro trabajo, solo nos remitiremos a dos o tres cuestiones de carácter estrictamente político. Así, pues, lo primero a comentar radica en lo siguiente: A principios de 1908, Porfirio Díaz concedió una entrevista a un reportero estadounidense, James Creelman, en la que el presidente de México emitió una serie comentarios de suma importancia para la política del país. En primer lugar, comentó que el gobierno republicano y democrático es el único justo; en segundo lugar, que el país ya está preparado para que pueda haber elecciones libres sin que se corra el riesgo de levantamientos armados; en tercer lugar, como parte de lo anterior, que estaba dispuesto a dejar la presidencia; y, en cuarto y último lugar, que si aparecía algún partido de oposición, él sería el primero en apoyarlo. Con el paso del tiempo, sin embargo, las acciones del presidente octogenario desmintieron todos esos comentarios; o mejor dicho, pusieron de manifiesto que no eran ciertos. En efecto, un año después, ya dentro de la contienda política para las elecciones que se llevarían a cabo en 1910, los frentes eran tres: dos en el interior de los porfiristas y uno fuera de éstos. Por un lado, la reelección de Porfirio Díaz, con Ramón Corral o Bernardo Reyes (exgobernador de Nuevo León, exministro de Guerra y padre del ateneísta Alfonso Reyes) en la vicepresidencia; y, por otro, el partido antireeleccionista, con Francisco I. Madero a la cabeza. La resolución en el interior de los porfiristas se dio cuando el mismo Porfirio Díaz, a finales de 1909, envió a Bernardo Reyes como comisionado a Europa, con cualquier pretexto de carácter oficial. Una vez que se deshizo de éste, Porfirio Díaz pasó a ocuparse de los otros contendientes: los maderistas. 

Silva Herzog, Jesús; Breve historia de la Rev.
 En palabras de Silva Herzog, “Reyes era leal a don Porfirio; mas don Porfirio no era leal a Reyes. Don Porfirio lo odiaba, le tenía desconfianza y lo consideraba rival peligroso. Comenzó a hostilizarlo con alardes de fuerza militar y nombrando jefe de las tropas en el Estado de Nuevo León al general Jerónimo Treviño, considerado como enemigo de Reyes. Éste entendió el juego; se dio cuenta de los deseos del dictador y declaró al fin de modo rotundo que no aceptaría su postulación para la vicepresidencia. Después recibió instrucciones de dejar el gobierno de Nuevo León y viajar rumbo a Europa dizque para hacer estudios militares. A Reyes le quedaron solamente dos caminos: obedecer o levantarse en armas. Optó por lo primero y marchó al destierro”. Ibid. p. 82.


 La etapa maderista 
A finales de 1908, Francisco I. Madero, hijo de hacendados del Estado de Coahuila y personaje desconocido en la política, publicó el libro La sucesión presidencial de 1910. La idea central del libro, entre una serie de cuestiones históricas y análisis de la situación social, política y económica del México de entonces, consiste básicamente en hacer una llamada al pueblo mexicano y hacer valer un principio: el de la no reelección. Durante casi todo 1909, Madero hizo su campaña como candidato a la presidencia de la República, al mismo tiempo que fundaba centros antireeleccionista por donde iba pasando. A mediados de este año, funda el principal, el Club Central Anti-Reeleccionista en la Ciudad de México y, dentro de él, funda el periódico El Anti-Reeleccionista, del cual fue director José Vasconcelos durante el mes de junio; en septiembre, el periódico es clausurado y sus redactores perseguidos y encarcelados. Al terminar el año, algunos de los antiguos simpatizantes de Bernardo Reyes, se unen a Madero, quedando solamente en la contienda política Reeleccionistas y AntiReeleccionistas. En la primera mitad de 1910, la lucha electoral continúa con una pequeña variante: la preparación de los festejos del Centenario de la Independencia. Días antes de las elecciones, el 7 de junio, Madero y un acompañante, fueron detenidos y encarcelados, acusados de incitar al pueblo a la rebelión. Con esto, la popularidad de Madero creció y las elecciones se realizaron no sin tensiones el 26 de junio. Los resultados finales, según las versiones oficiales, daban el triunfo a Porfirio Díaz y a Ramón Corral para el periodo de 1910-1916. Días después, Madero huye hacia Estados Unidos y lanza el Plan de San Luis el 5 de Octubre en el cual declara nulas la elecciones, no reconoce el gobierno de Porfirio Díaz, se declara Madero como presidente provisional, convocando al pueblo para levantarse en armas para el 20 de noviembre.
Entre diciembre de 1910 y los primeros meses de 1911 se registran movimientos armados en varios estados de la República: Morelos, Guerrero, Tlaxcala, Yucatán, por el lado del centro y del sur, donde destaca el de Emiliano Zapata; Sonora, Sinaloa, Tepic, Zacatecas, Durango y Chihuahua, por el lado del norte y el oeste del país. En febrero, Madero cruza la frontera y establece su cuartel en un poblado de Chihuahua y se le unen a la lucha Francisco Villa y Pascual Orozco.273 En mayo, cae Ciudad Juárez, poblado fronterizo del estado de Chihuahua y, no sin antes negociar, se firma el tratado de paz el día 21 en el que Porfirio Díaz se compromete a renunciar a la presidencia y queda en el cargo de manera provisional Francisco León de la Barra, con el único propósito de volver a convocar a elecciones. El 7 de junio, día en que un fuerte terremoto sacudió a la Ciudad de México, Madero entró triunfante a la capital del país. Días antes, Porfirio Díaz había salido del país, desterrado. El interinato de De la Barra duró apenas unos meses: de mayo a noviembre de 1911, después que las elecciones se realizaron en octubre. El gobierno de Madero, duró un poco más: de noviembre de 1911 a febrero de 1913, mes en que fue asesinado. En efecto, Porfirio Díaz fue desterrado, pero no los porfiristas o los intereses de las clases de las que era protector. Tampoco fueron desterradas los conflictos en el interior de la revolución triunfante. En este sentido, cabe destacar, por un lado, los levantamientos armados de Emiliano Zapata y Pascual Orozco (ahora ex-revolucionario maderista), el 25 de noviembre de 1911 y el 25 de marzo de 1912, mediante el Plan de la Empacadora y el Plan de Ayala, respectivamente. Los principales motivos del descontento fue el reacomodo de algunos porfiristas en el gabinete y algunas promesas no cumplidas, principalmente las de carácter agrario y de repartición de tierras. Por otro lado, los levantamientos armados de ex-porfiristas como Bernardo Reyes, en diciembre de 1911, y de Félix Díaz, sobrino del presidente recientemente derrocado, en octubre de 1912. Los dos primeros levantamientos fueron relativamente aplacados por el jefe militar de Madero: Victoriano Huerta. Los otros dos fueron aplacados totalmente y encarcelados Reyes y Díaz. El 9 de febrero de 1913 se dio otro levantamiento, el último y definitivo: el de Manuel Mondragón. Con éste, se inicia el episodio conocido como Decena Trágica, episodio en el que durante diez días la Ciudad de México estuvo bajo el fuego de la metralla. Ese mismo día, fueron liberados Bernardo Reyes y Félix Díaz y atacaron Palacio Nacional. En este ataque, Bernardo cayó abatido, pero no el movimiento que se atrincheró en la Ciudadela. Al pasar de los días y al crecer la tensión, Victoriano Huerta y el embajador de Estados Unidos, junto con Díaz y Mondragón, establecen conversaciones y la traición del primero con respecto a Madero. Después del Pacto de la Ciudadela, Madero fue preso por Huerta el 18 de febrero y cuatro días después, asesinado, junto con el vicepresidente, Pino Suárez. 

La etapa constitucionalista y lucha de facciones

El 26 de marzo de 1913, en la Hacienda de Guadalupe, se firmó el Plan de Guadalupe, con el que Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, inicia la lucha armada en contra del poder usurpador de Huerta. 






Para el 30 de mayo, Emiliano Zapata modifica el Plan de Ayala y especifica que la lucha era contra Madero y –ahora- también contra Huerta. Al mismo tiempo, se creó la Junta Revolucionaría del Centro y del Sur de la República.275 En septiembre de ese mismo año, Álvaro Obregón es designado como jefe del Ejército del Noroeste y se forma la División del Norte, al mando de Pancho Villa. 













Los levantamientos, los ataques y la avanzada hacia el centro del país por parte de los revolucionarios se dieron en bloque y en cuestión de meses, hicieron huir a Huerta: el 2 de abril, Pancho Villa toma Torreón; el 23 de junio, Zacatecas, y el 8 de Julio, Obregón toma Guadalajara. Huerta renuncia el 15 de ese mismo mes. El 13 de agosto de 1914 se firma el Tratado de Teoloyucan mediante el cual queda disuelto el Ejército Federal y enseguida las tropas revolucionarias entran a la Ciudad de México. Una vez que cayó Huerta, la lucha tomó otros matices. Por un lado, Carranza se autonombraba presidente; y, por otro, Villa y Zapata demandaban una convención, un acuerdo, entre las distintas facciones revolucionarias. 


De hecho, el 1 de octubre se inició dicha Convención en la Ciudad de México, continuándose, desde el 10 de este mes hasta el 9 de noviembre, en la ciudad de Aguascalientes. De ella, Eulalio Gutiérrez fue designado presidente, pero no fue reconocido por Carranza. Obregón, por su parte, siguió siendo fiel a éste. De este modo, entre diciembre de 1914 y enero de 1915, México contaba, en efecto, con dos presidentes. En el mes de enero, Obregón regresó a la Ciudad de México para atacar, por órdenes de Carranza, a Eulalio Gutiérrez y a su gabinete, así como a Villa y a Zapata. Pronto, Eulalio cedió a Carranza y se dieron cuatro enfrentamientos entre Obregón y Villa. La más destacable de estas batallas, es la de abril, la de Celaya, en la que Obregón pierde un brazo, pero vence a las fuerzas villistas. En 1915, finalmente, Carranza se quedó como presidente y en septiembre de 1916 convoca a un Congreso Constituyente para reformar la Constitución de 1857. Este Congreso trabajó desde el 1 de diciembre de 1916 hasta el 31 de enero de 1917 y la nueva Constitución se proclamó el 5 de febrero. 

El 1 de Mayo siguiente, Venustiano Carranza es designado presidente constitucional. Uno de los acontecimientos de mayor significación mientras estuvo Carranza en el poder fue el asesinato de Zapata, acaecido en abril de 1919.
En 1920, poco antes de la sucesión presidencial, Venustiano Carranza apoyó como candidato a un civil desconocido: el ingeniero Ignacio Bonillas, creando con ello el descontento de Álvaro Obregón


Así, en abril de ese año, Obregón lanzó el Plan de Agua Prieta, a través del cual no reconoce al gobierno de Carranza. En mayo, huye Carranza de la capital y el 21 es asesinado. El 1 de junio, una vez que triunfó el Plan de Agua Prieta, Adolfo de la Huerta es designado presidente provisional con el único propósito de convocar a elecciones. De esta manera, Obregón fungió como presidente de diciembre de 1920 a noviembre de 1924. Le siguió Plutarco Elías Calles en el periodo 1924-1928. En 1928, Obregón intentó violar el principio de la no-reelección y casi lo logra. Fue electo presidente para el periodo 1928-1932, pero murió asesinado antes de tomar posesión. Se nombró presidente a Emilio Portes Gil para convocar a elecciones. 
Entre 1928 y 1929, contendieron para la presidencia, José Vasconcelos y Pascual Ortiz Rubio, candidato del recién creado Partido de la Revolución Mexicana. Después de Obregón, se inicia el periodo llamado “El maximato”, según el cual refiere, entre otras cosas, que los que dan la cara como presidentes no son sino títeres del jefe máximo, Plutarco Elías Calles. La vida del Partido de la Revolución Mexicana se inició con un fraude: el hecho a José Vasconcelos. 


UNIVERSIDAD DE SALAMANCA DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA, LÓGICA Y ESTÉTICA FACULTAD DE FILOSOFÍA, TESIS DOCTORAL FILOSOFÍA Y VIDA: EL ITINERARIO FILOSÓFICO DE JOSÉ VASCONCELOS, AUTOR: RAÚL TREJO VILLALOBOS DIRECTOR: DR. ROBERTO ALBARES ALBARES, SALAMANCA, 2010


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